mardi 30 avril 2013

El Arquitecto Andrés Galmés Nadal


La desgraciada pérdida de los archivos de Larache no nos oculta, sin embargo, la importante y significativa labor en la ciudad del arquitecto Andrés Galmés Nadal, que desarrolla un estilo muy barroquizante pero también un neoárabe evolucionado que hemos de poner en relación con el art déco. Conviene dejar claro que Galmés en el ámbito formal no aporta tanto la primera arquitectura moderna de la ciudad
como la última (pero genial) solución a las derivaciones del neoárabe.
Andrés Galmés Nadal nace en Manacor en 1896, y obtiene su título en Madrid en 1920. Muy pronto llega al Servicio de Construcciones Civiles del Protectorado, aunque recala fundamentalmente en la ciudad de Ceuta, de donde parte en 1932 al Servicio del Catastro de Cádiz y definitivamente a las Islas Balea-
res, donde muere en 1970. Las noticias documentales sobre este arquitecto en Larache son parcas, pero hemos intentado reconstruir su caligrafía formal debido tanto a la personalidad de sus obras corno a la gran diferencia que presenta su arquitectura con respecto a la ejecutada por Carlos Ovilo y José Gutiérrez Lescura (historicistas) y a la de José Larrucea Garma (racionalista

En la plaza de España encontramos un interesante edificio que muestra una evolución con respecto al mero decorativismo arqueológico arabizante. Su fachada presenta una solución moderna de balcón superior formando ángulo con la esquina (elemento que utilizará el racionalismo posterior), paños verticales diferenciados cromáticamente en su estado original y enmarques de sebka que contrastan con unos remates calados muy originales. El conjunto, en el que destacaba una policromía actualmente oculta, es de un barroquismo de extrema elegancia y diseño, que lo pone en relación con otras obras documentadas de Andrés Galmés De Galmés Nadal es un proyecto no ejecutado de hotel en Tetuán fechado en 1931, que a pesar de estar pensado para la capital jalifiana, ofrece todos los rasgos distintivos de la arquitectura de Larache, sobre todo en los arcos y los remates calados, hecho que nos permite conocer aspectos interesantes de su caligrafía formal.

Vinculado a los dos edificios anteriores, tenemos el proyecto de correos y telégrafos de Larache, finalizado
en 1928. La documentación sobre este edificio es muy confusa y nos indica cierta participación de Carlos
Óvilo, pero la solución final no parece corresponderse con su forma de hacer' y nos remite en principio a
soluciones de Galmés. Destacan los balcones sobre ménsulas de madera muy estilizadas y diferentes tipos
de vanos que confieren a la fachada un aspecto vanguardista: adintelados, arcos peraltados, intradós lobu-
lado, perfil triangular de naturaleza art déco y caponeras. Sobresale la esquina achaflanada del edificio en
forma de torreón de gran contundencia volumétrica por su paramento blanco y un original remate muy al
gusto de Galmés, formado por paños de sebka calados entre pilastras de gran elegancia. En el mismo edificio alternan elementos tradicionales como las columnas geminadas con otros más modernos, confiriendo al conjunto una categoría formal que lo convierten en una de las obras más destacables de la ciudad.
Edificio de correos de Larache
 Sí está documentada la participación inicial de Andrés Galmés en el mercado de la ciudad. Las obras se iniciaron en 1924 y estuvieron encomendadas un tiempo al entonces arquitecto municipal, pero su paralización en 1925 alejaron a este técnico de la ejecución final. En 1927 se reiniciaron las obras con la dirección del ingeniero de la Junta Servicios Locales León Urzaiz, que introdujo modificaciones externas y decorativas que confirieron al edificio un «aspecto más suntuoso». Conjunto construido con estructura de hormigón armado dentro de un solar rectangular, alterna los espacios semicubiertos formando galerías de locales con un núcleo central tratado monumentalmente que aparece flanqueado por varios cuerpos torreados con potente remate en teja verde y cornisamentos. El edificio muestra cuidados detalles decorativos arabizantes, como los arcos sobre columnas nazaríes y las galerías de ventanas que permiten la entrada de luz al interior, destacando el cromatismo del blanco con la teja verde de los remates'''. Estas características lo convierten en uno de los mercados más representativos de la zona junto al de Tetuán.
Andrés Galmés también realizó a mediados de los veinte una serie de interesantes chalés situados en la
antigua avenida de la Reina Victoria (actual Mohammed V) de Larache. Estos chalés fueron valorados en
su momento como la mejor obra de lo que debía ser un nuevo estilo en el Protectorado, al mezclar lo arabizante con la modernidad  Parte de su originalidad se centra en una composición de volúmenes que huye del simple cubo, presentando un sencillo juego de cuerpos maclados. Estos chalés se muestran como piezas autónomas de cierta gracia y esbelta elegancia, hecho subrayado por unas dimensiones que en absoluto tienden al monumentalismo y donde lo arabizante es una lejana referencia (un arco, un paño enmarcado, un tejaroz o columna) para caracterizar a modo de leve superficie a una arquitectura que conforma un curioso espacio jardín situado a la entrada de la ciudad. Se edificaron un total de doce chalés distintos, los cinco últimos son una serie cuya autoría corresponde a José Larrucea Garma y son muy parecidos entre sí con muy ligeras variaciones, mientras que de los siete primeros hemos podido documentar cuatro como obra de Andrés Galmé
Chales de la avenida Mohamed 5 de Larache



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